“Para cada problema complejo hay una solución simple, clara y equivocada” Henry L. Mencken Vía Yoriento
Hola, tengo un niño de 3 años y medio que tiene bastante carácter. Cuando quiere algo y le decimos que no empieza a llorar, gritar y dar patadas. Puede estar hasta una hora y media llorando y gritando. A mí me da un dolor de cabeza muy fuerte oírlo llorar y mi madre, que también lo cuida, no sabe qué hacer para que el niño deje de llorar y dar patadas a las puertas. Yo a veces lo echo en la cama y lo sujeto de los brazos, o bien lo abrazo y le doy besos para que se tranquilice. ¿Qué podemos hacer para que no coja esas rabietas tan grandes? Gracias
Podemos describir “rabieta” como una serie de comportamientos observables que consideramos inadecuados dada la edad y habilidades del niño/a (llorar, gritar, dar patadas, insultar, tirar objetos, pegar,…), y generalmente resultan un problema para las personas presentes en la situación por su forma, intensidad, frecuencia o duración.
A menudo los padres y madres encuentran difícil manejar las rabietas porque implican comportamientos muy desagradables para ellos, y sus intentos por disminuirlas o eliminarlas no han dado resultado hasta el momento 🙁
Para disminuirlas o eliminarlas es importante conocer las motivaciones detrás de una rabieta infantil o juvenil, que podrían alternarse entre:
- obtener algo que quiero o me gusta, ya sea un objeto, una actividad o una acción por parte de otra persona
- evitar o escapar de una situación, actividad, petición,… que no quiero o no me gusta
Por ello, ciertos comportamientos llevados a cabo por los adultos, en lugar de eliminar las rabietas las hacen más probables al proporcionar al niño/a algo que por lo general le gusta, como son:
Abrazos y besos
Coger en brazos
Peticiones (“¿te pego?”, “vale ya ¿eh?”, “tranquilízate por favor”)
Argumentos (“esto no puede seguir así”, “los niños de tu edad no dan patadas”)
Dar aquello que piden
Salir de la situación de la que el niño/a quiere evitar
Entonces, ¿qué hacer ante una rabieta?
Nuestra recomendación está enfocada a retirar todos aquellos comportamientos que los adultos llevan a cabo y pueden hacer más probable que las rabietas se repitan o intensifiquen, al mismo tiempo que el niño/a aprende a manejar su propio de estado de ánimo 🙂
Para disminuir o eliminar las rabietas, vamos a ignorar este comportamiento cada vez que se produzca, siempre que no exista peligro para el niño/a ni para otras personas, esto es:
- No le hablamos (no le amenazamos con ninguna consecuencia ni le reñimos)
- No le miramos (no debe haber contacto visual)
- No le tocamos (no lo llevamos a ningún sitio, no lo zarandeamos,…)
Por tanto, debemos limitarnos a que se den las medidas de seguridad necesarias y volver a atender de nuevo al niño/a sólo cuando ha dejado de presentar los comportamientos inadecuados 😉
Como se trata de pautas difíciles de aplicar, en algunos casos opuestas a nuestra forma de actuar actual (responder a todo lo que el niño/a dice o hace, dar explicaciones, dar afecto o atención ante comportamientos inadecuados,…), recomendamos también utilizar algunos trucos para llevarlo a cabo con éxito, como son:
- Dedicarte a una actividad que requiera tu atención
- Salir de la habitación y moverte de una a otra si es necesario
- Pedir respeto a los demás para que no intervengan en esas situaciones
Lo más importante, como ya tratamos en este otro post, es actuar siempre de la misma forma en las mismas situaciones, esperar que las rabietas suban de intensidad y duración cuando comencemos a poner en marcha estas pautas, no atender hasta que los comportamientos inadecuados disminuyen a cero, y no permitir que consiga aquello que quiere por medio de rabietas en ninguna ocasión 🙂
Hola, no tengo hijos, pero tuve un perro mastín de 65kg. Cuando estuve preparándome para educarlo, uno de los consejos para calmar al perro cuando es demandante o quiere jugar y tú no estas dispuesto o quiere morderte o requiere tu atención es precisamente la desatención como bien decís. Me aconsejaban girarme para que no hubiera contacto visual, cruzarme de brazos para mostrar distancia como lenguaje corporal y no hacerle caso. Era mano de santo. Se tranquilizaba y cambiaba de actitud al instante, muchas gracias! Hay que saber educar, tener hijos no convierte en padre, de la misma forma que tener un piano no te convierte en pianista XD
Hola Carmen,
muchas gracias por tu comentario.
Efectivamente, la Psicología se define como “ciencia del comportamiento” y por tanto sus intervenciones están, o deberían estar, a la altura de tal definición y basarse únicamente en estudios científicos rigurosos.
Entre estos estudios, que se llevan a cabo con personas y animales (distinción más moral que filogenética), se encuentran los que nos permiten hoy día analizar el comportamiento en base a su función o funciones (“Análisis Funcional de la Conducta”), y modificarlo mediante técnicas demostradas útiles para cualquier organismo con capacidad de aprendizaje 🙂
Si deseas ampliar cualquier información al respecto quedo atenta, también a través del email hazteconellos@gmail.com
Enhorabuena por los resultados que conseguiste con tu mastín, sin duda fruto de tu persistencia y consistencia 🙂
Un saludo,
Beatriz
Buenas tardes,
¿y si las rabietas se producen en la calle o en un establecimiento público? A veces resulta imposible ignorarlos o irte. Supongo que hay que ir extinguiendo estas conductas desde casa para que se generalicen a cuando ocurra en la calle, pero si se da, ¿algún consejo a seguir?
Normalmente cuando ocurre en una tienda e ignoras la conducta las demás personas te miran con mala cara.
GRACIAS 😉
Hola Laura,
muchas gracias por tu consulta. Antes de intentar disminuir la frecuencia y duración de comportamientos inadecudados es recomendable analizar qué los está manteniendo. Recojo a continuación algunas de las funciones que pueden tener las rabietas y otros comportamientos relacionados, y que sin dudas tú misma habrás observado en niños/as:
– Si encontramos que la mayoría de las rabietas se están manteniendo por la atención que reciben, efectivamente debemos ignorarlas, siempre en condiciones de seguridad.
– Si observamos que se están manteniendo por conseguir el objeto o situación objetivo (que otra persona nos proporcione algo, salir de un lugar o de una situación que no nos interesa o no nos gusta), debemos asegurarnos de que no se consigue.
– Si se mantiene por estimulación (Ej., coger y mover los artículos, ver qué hay detrás, correr por la tienda…) debemos impedir que se realice.
Efectivamente, actuar en situaciones sociales resulta más difícil para los adultos, por lo que hay que explicarles que el procedimiento funcionará si son consistentes, esto es, si actúan de la misma forma en situaciones similares. Para esto es muy útil tomar registro de las situaciones, incluidos los minutos que dura cada comportamiento. No obstante, antes de hacer recomendaciones al respecto (“retira al niño de la situación”, “impide que coja lo que quiere”, “asegúrate de llevar un juego que le interese o de pedirle que lleve a cabo una actividad que le resulte interesante”, “retira tu atención”,…) es imprescindible realizar un análisis funcional de qué lo mantiene, y ello teniendo en cuenta que el comportamiento del niño/a puede estar mantenido por múltiples variables 🙂
Quedo atenta a cualquier consulta al respecto y aprovecho para enviarte un saludo,
Beatriz
Eso de asegurarse que lleve un juego o que haga una actividad interesante es convertirse en esclavo del entretenimiento de los hijos. Considero que a los niños hay que enseñarles a lidiar con el aburrimiento porque la vida real no es estar permanentemente entretenido.
¿No es más sano enseñarle que el entretenimiento o el aburrimiento es una decisión propia y no una responsabilidad de los demás?
Gracias
Hola Juan,
muchas gracias por tu comentario.
En principio asegurarnos de que lleven un juguete o hagan una actividad interesante es una opción. Por otra parte, al ser un juguete o actividad adecuados (no hay peligro para él/ella u otras personas, es conveniente para su edad, permite que desarrolle alguna habilidad,…) hace menos probable que aparezcan comportamientos inadecuados como son las rabietas, el insulto o la agresividad, a la vez que fomenta una buena relación con otros niños/as y con las personas encargadas de su educación.
Otra opción es dejar que el niño/a elija entre utilizar un juguete y llevar a cabo una actividad o no hacerlo, opción que vemos más conveniente para niños/as que ya han aprendido a decidir entre estas opciones y pueden pasar tiempo sin hacer nada sin que eso conlleve comportamientos inadecuados.
Un saludo,
Beatriz