Los motivos para mentir pueden agruparse en tres:
- Evitar consecuencias negativas o castigo: perder un privilegio, que le regañen, tener que reparar el daño…
- Conseguir algo que de otra forma no conseguirían (o que ellos creen que no conseguirían)
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- Evitar una tarea que le hemos pedido o escapar de ella
“La mentira tiene distintos significados a distintas edades y la veracidad debe ser tratada como un concepto en evolución. No hay que tomarse demasiado en serio el hecho de que un niño mienta. En lugar de ello, se le debe enseñar a ser honesto de acuerdo con su nivel de entendimiento” S. Garber
Cómo enseñar a decir la verdad
- No incitar a mentir. Si sabes que tu hija ha llevado a cabo un mal comportamiento evita hacerle preguntas, o de lo contrario tenderá a inventar una excusa, y explícale cuál es el comportamiento inadecuado. Ejemplo: llegas a la cocina y la ves con la caja de galletas esparcida por el suelo. En este caso no es de mucha utilidad preguntarle si se ha subido a la encimera para cogerla, sino que puedes decirle que no te gusta que se suba y que la próxima vez puede pedirte la caja.
- Reforzar la veracidad. Elogia todas aquellas verdades que dice (“Me gusta que seas sincero conmigo”, “Gracias por contarme la verdad”, “Sé que puedo confiar en ti”) y si miente sobre la caja pero luego dice que lo siente, elogia que lo haya admitido y establece una consecuencia únicamente por haber roto la caja. Las consecuencias por decir la verdad deben ser lo más “naturales” posibles: si tu hija dice la verdad sobre los sitios donde ha estado, dile que confías en ella para que vaya a otros lugares. Si le pillas haciendo algo inadecuado y lo admite, la consecuencia debe ser menos severa aún y hay que ayudarle a encontrar una solución. Cuando esté arraigada la costumbre de decir la verdad, los elogios y recompensas serán menos frecuentes, pero al principio, para que no se escape ninguna oportunidad de reforzar puedes utilizar un “libro de verdades” donde anote las ocasiones en que es fiel a la realidad.
- Ser un buen ejemplo. Si cuando vas a un parque de atracciones mientes sobre su edad para no pagar la entrada o inventas excusas cuando la policía te para por haberte saltado un stop, tus hijos verán esas mentiras como un recurso más que pueden utilizar para evitar determinadas situaciones. En el caso de mentiras “piadosas”, que se utilizan para guardar las formas o no herir a alguien, con el tiempo el niño aprenderá a distinguirlas si le vas explicando las excepciones.
- Diferenciar entre castigos por mal comportamiento y los castigos por mentir. Si castigas a tu hija con mucha frecuencia o con castigos muy severos, puede temer tanto el castigo que prefiera probar suerte con la mentira, y se acostumbre a decirlas para evitarlo. Define una consecuencia para la acción y otra menos severa para la mentira. Ejemplo: Si el castigo por haber cogido la caja de galletas sin permiso es estar un día sin galletas, la consecuencia por haber mentido puede ser un día adicional sin galletas, no toda la semana. Si dice que va a casa de un amigo y en realidad va a otro sitio, una consecuencia adecuada sería quedarse en casa, después del colegio, durante dos días. La consecuencia por mentir no debe ser mayor que la consecuencia por el comportamiento inicial, de forma que el niño aprenda que tendrá la mitad de problemas si dice la verdad.
Cómo enseñar a distinguir entre lo que es verdad y lo que es mentira
- Hay diferentes formas de enseñar a un niño de dos, tres o cuatro años a diferenciar entre lo que es real y lo que es ficción. Una de ellas es el juego de roles, donde tú puedes hacer de un personaje de ficción (monstruo, hada, animal ficticio,…) y aprovechar esa ocasión para explicarle si papá/mamá es realmente un monstruo o si los monstruos existen. Los programas de televisión, las películas y los libros nos permiten preguntarle si cree que lo que está viendo puede ocurrir o no, por qué, por qué no, si es realidad o ficción.
- También puedes ayudarle a distinguir entre deseos y realidad: si tu hija presume de tener algo que no tiene o de haber hecho algo que no ha hecho, como tener una mascota o haber ido al parque acuático, puedes aconsejarle que le diga a sus amigos que ha exagerado un poco, que en realidad estuvo jugando con la mascota de una amiga o que aún no ha ido al parque pero que le gustaría mucho 😉