Decimos que un niño “come mal” cuando presenta uno o más de los siguientes comportamientos: come entre las comidas principales -desayuno recién levantados, desayuno a media mañana, almuerzo, merienda, cena-, elige qué come cada día, come sólo lo que le gusta y esto se reduce a 5 ó 6 alimentos, su alimentación se basa principalmente en alimentos preparados, consume un número de calorías muy por encima de su gasto energético, se niega a tomar alimentos dependiendo de su preparación (hervidos, enteros, en puré,…), … Las siguientes recomendaciones también van dirigidas a que los adultos fomenten su autocontrol y se conviertan en un modelo a seguir para los más pequeños 😉
Qué. Sólo lo que se sirve en su plato. Aunque después repita, no vale alargar el brazo para coger directamente de la fuente. Si no quieren comer lo que hay ese día, no ofrecemos alternativas, sino que esperamos a la próxima comida.
Cómo. En su plato individual, con su cuchara, su tenedor y su cuchillo disponibles, de forma que después de cada bocado, para el que se puede establecer un tiempo mínimo (Ej., 6 segundos), puedan dejarlos sobre la mesa y hacer una breve pausa. Sentados en una silla, nunca de pie.
Cuándo. En el momento que la comida esté preparada, procurando que sea todos los días a la misma hora, mamá o papá nos dicen que vamos a comer. Durante la comida no llevamos a cabo ninguna otra actividad salvo una conversación agradable que no trate de lo que comen o dejan de comer. Cómo restringir el picoteo entre comida y comida: primer paso, reduce el número de veces que pica; segundo, sustituye los alimentos de esos momentos por otros más ligeros como un trozo de manzana o zanahoria; tercero, ve retirando estos alimentos hasta que llegue a la hora de la comida sin haber picado nada.
Para qué. ¿Come porque está nervioso o preocupado? ¿Come porque está aburrido y no tiene nada más interesante que hacer? ¿Come porque tiene hambre, porque han pasado más de dos horas y se ha dedicado a alguna actividad durante ese tiempo? Observa en qué momentos del día tus hijos piden comer, cuánto tiempo ha pasado desde la última comida y qué tipo de alimento piden en esas ocasiones, para decidir si pueden acceder a él o no en cada momento.
Nota: Estas recomendaciones deben cumplirse en el 99% de las ocasiones si la niña come mal. Cuando el hábito alimentario esté bien establecido, esto es, cuando coma la cantidad y variedad necesarias a un ritmo adecuado, sin que la preparación de cada comida sea un problema, habrá lugar para excepciones cada cierto tiempo como es disfrutar de comida rápida, todos sentados en el sofá 🙂
Algunas de estas ideas se recogen en el libro “Mi hijo no come” (2011) Rocío Ramos-Paúl y Luis Torres Cardona. Ed. Aguilar.
Falta la norma de oro para los padres: no pongas en la mesa (o mejor aún, no tengas en casa) nada que pueda apetecerle pero no quieras que coma. Si no, se preguntará, con razón, por qué tú sí puedes y él no.
¡Saludos!
Cierto David, educar a menudo requiere sacrificios como ese. Aprovecho tu comentario para compartir algo que leí hace unos días: “A tus hijos no tienes que preguntarles qué quieren de comer salvo cuando ellos invitan.” Fran Lebowitz (Vía @Yoriento) ¡Un saludo!