
Os presento al monstruo de las mentiras, alimentado a base de exigencias, conversaciones y gestos de preocupación y sorpresa ante las mismas 🙂
Las mentiras forman parte del repertorio de comportamientos de cualquier ser humano, tanto de los adultos como de niños y niñas, y en ocasiones nos ayudan a evitar peligros o situaciones indeseadas (por ejemplo, le dices a un compañero de trabajo que ya has terminado un proyecto para que no siga metiéndote presión), o conseguir determinadas ventajas (mientes sobre tus habilidades o intereses a una persona que acabas de conocer para resultarle más atractivo o tener más oportunidades, por ejemplo durante una entrevista de trabajo). Sin embargo, como padres, madres y educadores, las mentiras de los más pequeños pueden suponer un peligro o perjuicio para ellos a largo plazo, en concreto en las áreas académica y de comportamiento. Por ello os proponemos una forma de eliminar las mentiras relacionadas con las notas que sacan, los deberes y trabajos que deben presentar, y los exámenes que tienen que preparar:
Paso 1. Deja de hablar de ello. Si hay algo que alimenta y hace fuertes a las mentiras es la insistencia y las exigencias por parte de los adultos: “¿Pero por qué mientes?”, “Papá y mamá no mienten, así que tú tampoco debes hacerlo”, “Me duele mucho que me mientas”, “¿No me estarás mintiendo, verdad?”. Así, el primer paso para acabar con ellas es no hablar de ellas, no mostrar enfado o gestos de preocupación y alarma delante de los niños por sus mentiras. Cuando empieces a no prestar atención a estos temas, quizás tu hijo/a se extrañe e intente seguir manteniendo conversaciones sobre ellas. ¡La mejor opción aquí es cambiar de tema!
Paso 2. Busca información por otro lado. Como eres responsable de su educación y aprendizaje, necesitas tener información sobre las notas que sacan, los deberes y trabajos que deben presentar, y los exámenes que tienen que preparar. Como ellos no pueden informarte hasta que las mentiras hayan desaparecido, necesitas contar con otra fuente de información, ya sea su maestro/maestra, otros padres y madres con hijos/as en su misma clase, o compañeros/as de clase. Hoy día se puede utilizar para ello canales de comunicación como son el email, el whatsapp y el teléfono, ¡o medios tradicionales como el encuentro a la salida del colegio! Obtener esta información es imprescindible para poder establecer consecuencias, tanto positivas como negativas, a su esfuerzo y rendimiento académico 🙂
Desde Centro Al-Mudarïs nos proponen un tercer componente que sin duda ayudará a disminuir las mentiras, consistente en elogiar y reconocer al niño/a cuando nos cuenta hechos que son verdad. Por tanto, todo aquello que cuenten y tengamos constancia de que es así debe ser elogiado, lo que contrastará con la falta de atención hacia las mentiras 🙂
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