Este es uno de los comportamientos más difíciles de sobrellevar por padres, madres y profesionales de la educación. Estos tres pasos pueden ayudarte a disminuir/eliminar los insultos que tu hijo/a utiliza a diario 🙂
- Deja de prestar atención a los insultos y de dedicarles tiempo. Con frecuencia hablamos de aquello que nos preocupa o hacemos peticiones acerca de ello: “¿dónde has oído eso?”, “¿cómo se te ocurre hablarme así?”, “¡que sea la última vez que te oigo decir eso!”. Esto indica al niño/a cómo llamar nuestra atención de forma inadecuada, pues consigue que le prestamos atención, mostrando enfado y dejando de dedicar tiempo a otro tipo de comportamientos o tareas personales. Por tanto, a partir de ahora te proponemos dejar de reaccionar ante los insultos y de realizar peticiones sobre ellos 😉 Recuerda que cuando empieces a dejar de prestarles atención es probable que aumenten temporalmente. En este caso debes persistir ¡y seguir ignorándolos cuando aparezcan!
- Comienza a elogiar a tu hijo/a cuando no utiliza insultos. Se trata de “pillarlo/a” en los momentos en que no utiliza insultos y elogiarle por ello. Si la primera idea que te viene a la cabeza cuando lees esto es “que tu hijo/a siempre está diciendo insultos”, aprovecha para elogiarle mientras come, está concentrado en una actividad que le gusta,… o toma aire 😉
- Asocia “no decir insultos” con ganar privilegios. Además de elogiar por no decir insultos, podemos utilizar otras recompensas por no utilizarlos. Uno de ellos es el dinero, de forma que, por ejemplo, podemos reconocer cada 40 minutos o una hora sin insultos (partimos del tiempo que el niño/a pasa sin decir insultos de media) con una pequeña cantidad de dinero que va a una hucha, por ejemplo 5 ó 10 céntimos. Si la hucha es transparente, y solo los adultos la manejamos, podremos observar “sobre la marcha” si el dinero sirve para nuestro objetivo. También podemos proporcionar otros privilegios como ganar minutos de su actividad favorita, ya sea utilizar pantallas, salir a jugar o ir a casa de un amigo, de forma que por cada 40 minutos o una hora sin insultos (partimos del tiempo que el niño/a pasa sin decir insultos de media) puede ganar 4 ó 5 minutos de la actividad elegida 🙂
¡Nos encantará conocer vuestra experiencia en este área!
Deja una respuesta