“¿Esto es un problema grande, un problema mediano o un problema pequeño?”
El otro día leíamos un post que propone plantearle a tu hijo/a esta pregunta para acabar con sus rabietas. Nuestras dudas al respecto son varias:
¿Qué vas a hacer si tu hijo/a te responde que es un problema grande? ¿Vas a darle razones para que lo vea como un problema mediano? ¿A facilitarle una solución…? Esto hará más probable que utilice una rabieta en el futuro 🙁
¿Qué vas a hacer si te responde que es un problema mediano? ¿Darle razones para que lo vea como un problema pequeño? ¿A facilitarle una solución…? Esto hará más probable que utilice una rabieta en el futuro 🙁
¿Qué vas a hacer si te responde que es un problema pequeño? ¿Darle razones para que no lo vea como un problema? ¿A facilitarle una solución…? Esto hará más probable que utilice una rabieta en el futuro 🙁
Por tanto, preguntas como esta, más allá de su buena intención (intención en muchas ocasiones insuficiente o perjudicial), suponen dar una ayuda al niño/a que le hará DEPENDER DE NOSOTROS para superar sus rabietas y malestar.
Es más, todas las alternativas donde prestamos atención (ej., dar razones, argumentos, abrazos, soluciones, lo que piden,…) cuando tiene una rabieta, hacen más probable que estas se repitan en el futuro.
También debemos tener en cuenta lo siguiente:
¿Qué vas a hacer el día que no tengas ganas de plantear la bienintencionada pregunta? ¿Pedirle “que se calle de una vez”, quizás utilizando un tono de voz más alto, y sin conseguirlo?
¿Qué pasará si no estás presente durante la próxima rabieta? ¿Incrementar su malestar al no poder recibir las ayudas para calmarse que das en otras ocasiones?
Ten en cuenta que, si quieres DETENER UNA RABIETA RÁPIDAMENTE puedes utilizar múltiples tácticas, entre ellas dar lo que tu hijo/a te pide :p
Si por el contrario quieres ENSEÑAR A TU HIJO/A A GESTIONAR SU MALESTAR sin rabietas, aunque no cuente con nadie para ayudarle, es más útil utilizar una estrategia donde no intervenga otra persona o lo haga de la forma más útil posible. En concreto la siguiente estrategia se basa en el Análisis Funcional de la Conducta, lo que garantiza su efectividad, y consiste en:
- No dar aquello que pide con rabietas, llanto o exigencias
- Ignorarlo cada vez que se produzca, esto es:
- No le hablamos (no le amenazamos con ninguna consecuencia, no le reñimos, no le pedimos que se calme)
- No le miramos (no debe haber contacto visual)
- No le tocamos (no lo llevamos a ningún sitio, no lo zarandeamos, no lo abrazamos para tranquilizarle,…)
En el momento en que disminuya la rabieta o no haya llanto, gritos o exigencias le indicamos al niño/a: “qué bien, ya no lloras/ gritas, dime qué necesitas y veré si es posible” 🙂
Como se trata de una pauta difícil de llevar a cabo (la mayoría de las personas responde a la mayoría de los comportamientos de los demás), os proponemos utilizar alguna de estas ESTRATEGIAS PARA PERSISTIR hasta que la rabieta disminuye o finaliza:
- iniciar una actividad, incluida una conversación con otra persona
- tararear una canción o recordar el argumento de una película
AVISO I. Lo más importante es que si has decidido ignorar las rabietas lo hagas TODAS LAS VECES que aparecen. Si las ignoras unas veces sí y otras no, estarás haciendo más probable que aparezcan e incrementando su intensidad 🙁
AVISO II. El comportamiento no va a descender cuando empieces a ignorarlo, al contrario, va a hacerse más intenso: más volumen, más peticiones, otros comportamientos inadecuados al mismo tiempo… La explicación es muy sencilla: tu hijo/a espera conseguir el mismo resultado que antes, ¡cueste lo que cueste!
Imagínate que llevas 45 minutos ignorándolo estoicamente (sin mirarlo, tener contacto físico ni hablarle) y entonces le dices “¡que te he dicho que ya está bien!, ¡que dejes de llorar!”. Acabas de asegurarte 45 minutos de rabieta para el próximo día 🙁
Por tanto, PREPÁRATE PARA PERSISTIR y responder solo cuando el llanto, gritos o exigencias hayan disminuido o acabado por completo 😉
Deja una respuesta