De todos los hábitos nerviosos comerse las uñas es de los más comunes, y nos puede acompañar durante la adolescencia e incluso la edad adulta si no se trata. También es un buen ejemplo de cómo a menudo intentamos solución tras solución sin éxito (líquidos que saben mal y aún así te puedes acostumbrar, pegatinas disuasorias, endurecedor, uñas postizas, guantes,…) Aquí os proponemos 4 pasos para reducir y/o eliminar este hábito, pasos que deben entrenarse en días separados y, cuando se dominen, llevarse a cabo al mismo tiempo durante al menos diez días 🙂
- Enséñale a relajarse. Manos, boca y mandíbula es donde se concentra toda la tensión y por tanto claves para enseñar cómo combatirlo. ¿Cómo hacerlo? Las manos se cierran y se mantiene el puño cerrado hasta sentir la tensión, para soltarla después; se repite varias veces hasta notarlas relajadas, cálidas y pesadas. También debe apretar los dientes ligeramente y los labios, forzar una sonrisa para que toda la zona se tense mientras se toma aire, y relajar al soltarlo. Recomendación: practicar con el niñ@ al menos 3 veces al día, durante 5 minutos cada vez.
- Enséñale a ser consciente. Enséñale a prestar atención a cuándo y dónde se come las uñas, cuáles son las situaciones concretas donde lo hace (Ej., cuando no está haciendo nada, cuando ve la tele, cuando hace sus deberes,…) También queremos que describa su hábito: si se las come o sólo mordisquea las uñas, si se quita los padrastros,… y que apuntéis con su ayuda los momentos y los sitios donde se las come (esto también servirá para observar si hay mejoría a largo plazo). Podéis ayudarle señalando los momentos en que se come las uñas sin más comentarios ni recriminaciones, simplemente para que preste atención a cuándo lo hace.
- Cambiar la situación, romper la asociación. Una vez que sabemos en qué momentos y en cuántas ocasiones se come las uñas, nos conviene romper la asociación, por ejemplo, entre “ver la tele” y “comerse las uñas”. Como ya estamos prevenidos de cuándo ocurre, vamos a darle un objeto (Ej., piedra pequeña, pelota de goma, ovillos de lana, rubick,…) para que juegue con él cuando esté en esa situación. Otras actividades que compiten con este hábito son hacer puzzles o encajables, modelar con arcilla, hacer punto y ganchillo,…
- Reforzar los logros. Conseguir que no se coma las uñas es un gran logro que debe ser valorado por vostr@s. Una forma de hacerlo es permitir que realicen una actividad como ver la tele sólo si, mientras, no se comen las uñas . Además, por cada 7 minutos que esté sin comerse las uñas (o el tiempo que sea capaz al principio) puede ganar un minuto de tiempo extra para la actividad que elija. También pueden obtener pequeños obsequios como pegatinas, anillos, guantes de princesa o de superhéroe, marionetas de dedos,… y como siempre, elogios ilimitados referidos a cómo han mejorado sus manos y el gran esfuerzo que está haciendo, que para algo son gratis y bien acogidos 😉
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