Que los niños y niñas se distraen e interrumpen en clase es una realidad que muchos profesionales experimentan cada día. Pero estos comportamientos, ¿se explican por un supuestos déficit “en” el niño/a, o forman parte de los comportamientos que cabe esperar y debemos manejar en el aula?
Convencidas de que forman parte del repertorio conductual que cualquier niño/a puede mostrar en algún momento, proponemos 3 pautas para su manejo por parte de su profesor o profesora 🙂
Todo empieza con la observación
Cuando tratamos de disminuir en consulta las interrupciones y distracciones que presentan los niños/as en clase, a menudo encontramos un factor común en todos los colegios: las interrupciones y falta de atención reciben mucha atención de uno o más maestros/as.
Así, son muchos los profesionales que antes estos comportamientos actúan de la siguiente forma:
- “llamo la atención del alumno/a”
- “le pido que esté atento cuando se distrae”
- “le pido que no se distraiga”
Como la Psicología del aprendizaje ha comprobado, esta forma de responder por parte de los adultos puede estar reforzando las distracciones e interrupciones, es decir, haciéndolas más frecuentes y probables 🙁
Si después de observar tu comportamiento como docente te das cuenta de que estás reforzando este tipo de comportamientos, te ofrecemos nuestra propuesta para que puedas disminuirlos por medio de las siguientes 3 pautas:
- Pille a su alumno/a. Lleva a cabo un registro diario donde anotar las ocasiones en que pillas a tu alumno/a atendiendo a una explicación, realizando una tarea escrita o respondiendo a preguntas que haces, y le proporcionas un elogio por ello. Con 3 ó 4 ocasiones en que lo pilles cada mañana es más probable que estos comportamientos aumenten su frecuencia 🙂
- Premia a tu alumno/a. Proporciona a tu alumno/a algún pequeño privilegio por sus respuestas correctas, tanto a ejercicios escritos como a preguntas orales que realices. Puede tratarse de pequeños sellos en su cuaderno, una “C” de conseguido si completa un número determinado de ejercicios, o la posibilidad de jugar con uno de sus juguetes al final de la clase.
- Retira tu atención de los comportamientos inadecuados donde no exista peligro. Una vez que las pautas anteriores estén dando resultados (tu alumno/a presta atención a tus explicaciones y realiza ejercicios escritos con mayor frecuencia y mejor calidad), ve retirando tus comentarios sobre su falta de atención. Si utilizas de forma consistente el elogio y los pequeños privilegios, esto es, los alternas y los proporcionas de forma intermitente cuando se dan comportamientos adecuados, no será necesario utilizar las antiguas fórmulas de insistencia repetitiva ante su falta de atención 🙂
Cuándo utilizar cada pauta
Se recomienda empezar por la pauta “Pille a su alumno”. Una vez que manejemos con soltura y naturalidad el elogio, unas dos semanas después añadimos algún pequeño privilegio de los que hemos citamos. Pasadas dos semanas utilizando esta combinación, retiramos nuestra atención de las faltas de atención presentadas por el alumno/a.
Si pasadas 3 semanas utilizando estas pautas tal y como se indica no obtenemos ningún resultado, quizás sea necesario trabajar de forma individual con el niño/a su dedicación a tareas escritas y demás comportamiento en clase con un profesional especializado.
Nos gustará mucho conocer vuestra resultados en clase y quedamos atentas a resolver cualquier duda sobre las pautas que proponemos 🙂
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