Empezar el instituto ha sido siempre un PASO con mayúsculas, un cambio donde los adolescentes vimos (en su día) y siguen viendo tantas oportunidades como incertidumbre 🙂
Las dificultades que conocemos en consulta con más frecuencia están relacionadas con:
- comportamientos inadecuados de otros compañeros/as hacia nosotros/as
- comportamientos inadecuados de nuestros hijos/as
- dificultades para seguir el ritmo académico/ superar las asignaturas
“Lo que no puede ser es que a los tres meses de entrar en el instituto, un alumno se vaya a casa por Navidad con seis insuficientes”
Para prevenir en la medida de lo posible estas situaciones, se recomienda:
- Poner límites al comportamiento de los demás. Debemos explicar a nuestros hijos/as que hay situaciones y comportamientos por parte de los demás que deben informar a uno o más adultos. Para ello podemos dar a conocer la figura del jefe de estudios o el tutor/a. También nos beneficia que el niño/a nos cuente cosas sobre su día a día en la actualidad. Para ello es muy importante establecer un mínimo de tiempo diario donde hablemos de aquello que es importante para cada uno/a 🙂
- Reconocer su esfuerzo diario por aquello que ya hacen, sin darlo por hecho. Esto ayuda a que su autoestima mejore y se vean capaces de afrontar las demandas del nuevo curso. Algunas de las obligaciones que ya cumplen, y pueden pasarnos desapercibidas son: ir al instituto y asistir a las clases, dedicar tiempo a las asignaturas, dedicar tiempo a preparar los exámenes, hacer y mantener amigos/as que presenten comportamientos adecuados…
- Cuidar nuestra vida en familia. Darle un tiempo y espacio a nuestra vida más allá del instituto, disminuyendo progresivamente nuestras peticiones o riñas, es para muchos adolescentes una buena “vía de escape”. Hablar de lo que nos gusta hacer en nuestro tiempo libre, qué planes tenemos para las vacaciones, cómo podemos compartir algo más de tiempo juntos,… son algunas estrategias. Asimismo, iniciar/ mantener actividades independientes del instituto, o iniciar/ mantener contacto con gente ajena a él también puede ayudarles a afrontar la rutina.
- Acoger esta nueva experiencia como una oportunidad. Para ello se recomienda no hablar solo de las dificultades que encontramos, sino también de las oportunidades para aprender que estamos teniendo, de cómo podemos mejorar en otros aspectos además del académico (relaciones de amistad, compañerismo, sexualidad,…), aprender a pensar de forma diferente a como veníamos pensando, observar cómo se comportan otras personas y cómo manejan sus circunstancias, colaborar en actividades que no teníamos previstas (iniciativas solidarias, club de lectura, teatro, intercambio de idiomas,…),…
- Pedir objetivos claros y alcanzables. Si encontráis dificultades para que el niño/a cumpla con los objetivos del curso (no lleva trabajos, suspende sistemáticamente, no lleva los ejercicios hechos,…), esto puede deberse a varias causas. Así, debemos evaluar si hay una baja dedicación, poco tiempo de estudio, desconocimiento de los deberes que tiene que realizar; hay una dificulta para comprender los contenidos o para asimilarlos a la velocidad que se pide; o se está dando una situación de conflicto en el instituto que le demanda mucha atención y le impide centrarse en lo académico. En todo caso se recomienda pedir al niño/a un esfuerzo similar al que venía haciendo el curso pasado, y solo un poco más de tiempo y esfuerzo que puede ampliarse progresivamente. Mientras podemos evaluar y decidir sobre las demás circunstancias que se estén dando.
“Según un estudio publicado en 2012, donde se encuesta 366 alumnos de este curso, el 66% de ellos consideraba que los maestros de Primaria explican de forma más lenta que los de Secundaria y de acuerdo con lo que necesitan. Sobre sus relaciones de confianza con los docentes, el 51% afirmaba que era mejor en Primaria; 46% aseguraban que era el mismo, y solo un 3% defendía que era mejor.”
6. El comportamiento de nuestro hijo/a en el instituto. Es importante recordar que este es resultado de muchas variables, como su comportamiento en el pasado, las dificultades que tenga que afrontar este nuevo curso o las motivaciones que hacen que continúe estudiando. A esto se suma el entrar en un contexto donde puede ver y copiar qué hacen y dicen muchos otros compañeros/as, no siempre adecuado. Por tanto se recomienda no mostrar una inquietud exagerada ante la aparición de nuevos comportamientos, de forma que no crean que estamos sobrepasados y nuestra preocupación nos impide actuar, y decidir de antemano cuáles de ellos tendrán una consecuencia y cuáles serán ignorados hasta su disminución o eliminación.
Deja una respuesta